Este fin de semana, la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) se despidió de “Serenatas de Primavera”, una serie de conciertos especiales que se presentaban en el reconocido Hospicio Cabañas. Para concluir este evento, la OFJ deleitó a sus acompañantes con seis piezas de reconocidos compositores como Mozart y Byrd, logrando un concierto dedicado a los metales y vientos.
El concierto comenzó en punto de las 20:30 horas cuando comenzaba a oscurecer en el Cabañas, en esta ocasión, fue rápida la metida del sol y el clima era bastante agradable; una vez más el viento se volvió protagonista al refrescar a los espectadores y volar las partituras de los intérpretes. Sin embargo, esto no detuvo el agradable concierto.
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Concluyen “Serenatas de Primavera” en el Hospicio Cabañas
Tras la tercera llamada, únicamente se presentaron la sección de metales y persecuciones quienes dieron inicio al concierto con la pieza The Earle of Oxford’s March del compositor William Byrd. El concierto comenzó bastante suave, donde resaltaba la presencia del oboe que mantenía una conversación. Sin duda alguna es una pieza que resalta bastante, sin embargo, me hubiera gustado que comenzaran con una pieza con más presencia.
El concierto continuó con una pieza de Mozart donde se presentaron únicamente las cuerdas para deleitar con un concierto suave y delicado. Con su primer movimiento marcaron la pauta de lo que nos esperaba el resto de la pieza, los fortes interpretados por cada instrumento fueron acertados y los trinos daban pie a una melodía única. Tras la finalización de Mozart, dieron paso a una pieza de Bernhard Henrik Crusell donde sobresalió el oboe con sus solos, estético y contundente.
Tras la finalización de las cuerdas, pasaron los metales y las percusiones bajo la batuta de Creace Echauri, directora huésped, quien lideró fino y melodioso durante las piezas que continuaron. Una de las piezas que más destacó fueron las que estaban dentro de Three American dances for brass octet, en el cual tocaron tres estilos diferentes: africano, jazz y cubano. Tanto las trompetas como las percusiones destacaron de una forma inigualable, sobre todo al hacer cambios en los tonos.
Para finalizar, la sección de metales y percusiones terminaron con una pieza bastante peculiar titulada como Libertango de Astor Piazzolla. En la cual cada uno de los instrumentos mantuvo una conversación continua y suave sin salir del mismo ritmo que llevaban todos. Destacando una vez más el sonido de la trompeta como protagonista.
Tras finalizar, el público se puso de pie para aplaudir la finalización de esta temporada de la Orquesta Filarmónica de Jalisco.
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