Padres dispuestos a gastar aguinaldos en juguetes para niños

Patines, bicicletas, carritos y muñecas, son algunos de los juguetes que este año los más pequeñitos de la familia, pedirán a Los Reyes y al Niñito Dios. “Un Mototroc, traen llantas, de las que los venden”, dijo Luis, pedirá un mototroc.

Desde días antes del 24 de diciembre, algunos padres de familia ya buscan qué regalarle a sus hijos, pues aseguran, están dispuestos a gastar todo su aguinaldo en juguetes, aunque algunos otros prefieren esperar hasta Nochebuena. “Le estamos queriendo comprar un entrenador para que se enseñe a caminar, ‘que otro papá’, dice. Como unos dos mil pesos más o menos”, Édgar Torres, tiene a su hija de un año y medio.

“Yo pienso que acercándose un poquito más la fecha”, añadió Sarah Hernández, aún no compra los juguetes.

Pero los juguetes de más demanda en este 2022, son los carros de control remoto o con pilas recargables, mientras que las muñecas, bebés, maquillaje o patines con luces, son los más solicitados por las pequeñas del hogar.

“Mucho control remoto, como ya vienen recargables, ya la gente busca más controles remotos recargables económicos, maquillajes. Se compran muchos juguetes de batería que son de niña, baterías con luces y sonidos; se venden mucho las muñecas de bebés, que son los bebés llorones. A veces vienen más los papás que los niños, porque sino luego no les llega”, dijo José Eduardo, encargado de una tienda de juguetes.

Desde los $200 pesos hasta los dos mil pesos, es lo que los tapatíos gastan de sus bolsillos para hacer sonreír a sus hijos y que su inocencia, aún permanezca. En el caso de Juan Pablo, un niño de tan sólo 10 años, esta Navidad pedirá un teléfono para estar en contacto con su mamá Ofelia, que frecuentemente se convulsiona. “Es que no es para mí, es para mí mamá, como se convulsiona, se lo voy a pedir el teléfono, lo ocupo para emergencia, llamarle así a mi tío o a mi papá, sí, un carrito de control remoto también le voy a pedir”, comentó Juan Pablo, quiere un teléfono para su mamá.

Aunque aún falta que el Niñito Dios lea todas las cartas de los niños tapatíos, ellos ya tienen bien definido qué es lo que esperan recibir en este año.