Maximiano, el hombre arrastrado por la tormenta, narró como sobrevivió al siniestro

En la vida existen las segundas oportunidades y el señor Maximiano es un claro ejemplo. Este 23 de junio, una fuerte corriente lo arrastró junto a su vehículo por varios metros y estuvo en esa delgada línea entre la vida y la muerte.

“Lo tenía en una salpicadera y me fui, íbamos caminando todo esto. Aquí ya fue donde se vino otra más fuerte, más alta y aquí fue donde lo solté. Yo venía por aquí, me decía un cuate ‘agárrate el poste’, querían que se agarrara este poste y yo no, pues allá me salgo más allá y otros estaban aquí en la carnicería, me querían dar la mano”, comentó Maximiano Aceves Gutiérrez, afectado.

Una bolsa de plástico que era arrastrada por el río de agua que cubría la calle Hacienda de Mata, en la colonia Tetlán Río Verde, en Guadalajara, fungió como su salvavidas.

En su mente sólo pasaba la pérdida de su bocho verde que desde hace años anhelaba tener y que hoy por fin su sueño era realidad. Dice que en ningún momento tuvo miedo, él sabía que saldría de esto.

“Justo me agarró de este tubo y sentí que me arrastraba para adentro y ay no, pero sí, me alcancé a agarrar ahí y salí. Me sirvió de escalones y ya cuando salí, me fui para allá, nomás me quedé viendo mi carro a ver qué le pasa”, mencionó el afectado.

Los colonos grabaron el momento preciso donde el señor Max salió entre ese río de agua.

Sin poderlo creer y luego de vivir momentos de tensión, angustia e impotencia de no poder rescatarlo, llegó la paz.

“Se me acercó un cuate, me dijo la verdad, la neta solté las lágrimas por usted, de la impotencia de que no lo pude ayudar. Usted se salvó de milagro, dele gracias a Dios que así, y yo, pues, sí, la verdad, sí. Y me dice, es más, tanto me estuvo insistiendo que yo lloré por usted. Me dice ‘quiero que me dé un abrazo’ y dije ‘ah bueno, la verdad la neta, yo lo tomé como, pues, no sé si se me hizo un juego, no sé quiso defender su patrimonio”, agregó Maximiano.

Hoy don Max inicia una nueva vida. Tendrá que ahorrar aún más para volver a acomodar su coche de ensueño, a quien le falta una buena tapizada, lavada y detallado. Pero dice que aprendió la lección.

“Sí, sentía feo por mi carrito, pues, era lo único que tengo, pero hoy la lección es de que mejor que se pierda lo material y no una vida. Sí, la verdad que sí. O qué le diré a la gente porque muchas veces nos aferramos, así como usted, pues, sí, es lo que me dicen todos, los bienes materiales como sea pueden recuperarse o volver a tener otro y, en cambio, la vida, la vida no, esa ya no regresa”, puntualizó el afectado.

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