Y sí, Argentina ganó la Copa del Mundo por “tener hambre”. Tuvo hambre en la final, la cual jugó hasta el punto de la rendición, por agotamiento físico. Tuvo hambre de gloria, aún cuando estuvo también contras las cuerdas. Tuvo hambre para trascender y no es una apreciación, son datos. El ciclo conducido por Lionel Scaloni tuvo 57 partidos, ganó 39, empató 13 y solamente perdió cinco. Acumuló 117 goles a favor y 37 en contra. Ganó la Copa América 2021, la Finalissimma vs Italia (Campeón de Europa) en este 2022 y la Copa del Mundo en Qatar, con 19 debutantes, entre 26 jugadores.
En la final del mundial, Argentina buscó mucho más que Francia y se quedó con todo.
Hay que tener ese hambre competitivo que conduce a los grandes éxitos. El camino fue sinuoso y por momentos Kylian Mbappé estuvo cerca de cambiar el curso de una historia que parecía escrita.
Hoy, la gran figura del mundo es Lionel Messi y con el título en Qatar, terminó de consumar una carrera repleta de éxitos, individuales y colectivos. Sin embargo, el futuro del futbol, está en la prodigiosa técnica de Mbappé quien, con apenas dos mundiales celebrados, acumula un título y un subcampeonato.
El hambre y sed de triunfo han conducido a Argentina hacia el campeonato; mismo que era impensado al inicio de su ciclo y ahora es una realidad.
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¿Fue el último mundial de Messi? Él es el único que tiene la respuesta a ese gran interrogante; pero lo que sí es un hecho, es que ya estampó su nombre con letras de oro en el futbol mundial.
Tras 36 años de espera, Argentina vuelve a la cima del planeta futbolero y especialmente, para Messi, luce como la gran recompensa a una prolífica carrera, en la que su hambre por ganar jamás ha podido cuestionarse.
