La historia de Ingrid se repite en miles de hogares. Cuando era niña, fue víctima de abuso sexual por parte de un tío, situación que pasó inadvertida o fue minimizada dentro de su propio entorno familiar. Su caso forma parte de una alarmante estadística, uno de cada cuatro niños es víctima de abuso sexual y más del 80% de estos delitos son cometidos por alguien cercano a la víctima.
De acuerdo con asociaciones especializadas, en diciembre y enero los casos pueden incrementarse hasta un 40%, debido al aumento de reuniones familiares, consumo de alcohol y espacios donde los adultos dejan de supervisar a los menores.
Con información de: Rodrigo Álvarez
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