El 1 de noviembre se conmemora el Día de Todos los Santos, una festividad religiosa en la que la Iglesia Católica recuerda a quienes alcanzaron la santidad y a los niños que han fallecido. En México, esta fecha marca también el inicio de las celebraciones del Día de Muertos, una tradición que une el simbolismo católico con las costumbres prehispánicas.
A diferencia del 2 de noviembre, que se dedica a los adultos difuntos, el primer día del mes está reservado para recibir las almas de los niños y de aquellos que murieron en gracia, según la creencia popular.
¿Se puede poner altar de muertos el 1 de noviembre?
Sí, y de hecho, es una costumbre muy arraigada hacerlo desde el 31 de octubre o el 1 de noviembre. De acuerdo con la tradición mexicana, los altares se preparan con anticipación para recibir primero a las almas de los niños y posteriormente, el 2 de noviembre, a las de los adultos.
Cada nivel del altar simboliza un aspecto del viaje espiritual. Se colocan ofrendas específicas: juguetes, dulces y flores blancas cuando se dedica a un niño; pan de muerto, veladoras y calaveritas cuando es para un adulto.
¿Qué día se quita el altar de muertos en México?
El altar suele mantenerse hasta el 3 de noviembre, fecha en la que, según la creencia, las almas regresan al más allá. Sin embargo, en algunos hogares y comunidades se conserva hasta el 4 o 5, como una forma de agradecimiento por la visita espiritual.
¿Por qué es importante mantener viva esta tradición?
El altar de muertos no solo honra a quienes ya partieron, también fortalece la identidad cultural mexicana, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En cada flor, vela y platillo se refleja la memoria familiar y la conexión con las raíces ancestrales.
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