En la Roma bulliciosa de fines del siglo XVI, José —sacerdote aragonés nacido en Peralta de la Sal (1557)— caminó por Trastevere y vio a niños sin futuro. Aquel atardecer decidió algo impensable: abrir la primera escuela popular y gratuita para todos, sin distinción. En 1597, en Santa Dorotea, comenzó una aventura que unió oración, ciencia y disciplina, cuidando el pan y el libro al mismo tiempo. Su convicción fue simple y radical: la educación transforma la vida.
Te podría interesar: Santoral hoy: ¿Quién fue San José Obrero y por qué se celebra el 01 de Mayo?
¿Quién fue y qué lo movió?
Calasanz había sido humanista, jurista y sacerdote. Pero en Roma descubrió su auténtica misión: “salvar por la educación”. Con paciencia formó maestros, organizó aulas por niveles y puso el acento en lectura, escritura, cálculo y doctrina cristiana. Su carisma no fue discurso: fue presencia, ternura y exigencia. El pobre tenía prioridad.
¿Cómo nacen los Escolapios?
La obra creció y, en 1621, recibió aprobación pontificia: Clérigos Regulares de las Escuelas Pías. El método de “Piedad y Letras” mezclaba estudio, vida interior y servicio. Hubo intrigas y persecuciones, pero Calasanz sostuvo la casa con mansedumbre heroica, repitiendo que “el tiempo y la verdad” pondrían todo en su sitio.
¿Cuál es su legado hoy?
Los Escolapios siguen presentes en numerosos países con colegios, misiones y proyectos sociales. Calasanz es recordado como pionero de la educación popular y protector de la infancia. Cada 25 de agosto, su nombre invita a renovar un sueño: una escuela abierta, gratuita y exigente, donde cada niño pueda escribir, con buena letra, el futuro que merece.
Te podría interesar: Día de San José: Los 10 José más famosos de la historia
Alejandra Carvajal presenta lo que debes saber sobre el Santo Rosario