Familiares y amigos de mujeres asesinadas en Poncitlán rompen el silencio

En el templo de la Virgen de Guadalupe en Zapotlán del Rey, velan los cuerpos de Liliana y Alondra, madre e hija quienes fueron asesinadas a balazos en Poncitlán.

Florencia Moreno
Azteca Noticias Jalisco

Dos féretros en medio del templo de la Virgen de Guadalupe en Zapotlán del Rey marcaban la escena de una tragedia.

“Se escucharon varias veces, yo estaba aquí sentado y ya dije ‘cuetes’, me paré aquí y dije, ‘¿pues dónde cuetes?’, y ya sale una muchacha gritando, ‘háblale a la policía, háblale a la policía’, y dije que pues sí son balazos”, contó un habitante de Poncitlán.

Fue alrededor de las 12:30 del 31 de enero en la agencia del Ministerio Público del municipio de Poncitlán, donde Liliana acompañó a su hija Alondra a culminar la denuncia de violencia intrafamiliar por parte de su pareja sentimental. Minutos después el terror, el presunto agresor con un arma de fuego les disparó; Liliana murió al instante, Alondra fue trasladada a un hospital donde minutos más tarde falleció.

“Todo el tiempo vivimos muy preocupados por ella, a mí me pidió ayuda para venirse. Ella quería rentar una casa, le dije, ‘¿cómo te vas a ir a rentar?’, le dije, ‘te vas para la casa’. Me habló el miércoles pero por otro teléfono, ella se quería separar de este hombre”, contó Saúl Franco González, asesinaron a esposa e hija.

Liliana hizo vida con Christopher desde los trece años, procrearon dos hijos; ocho años donde aguantó golpes, humillaciones, amenazas y algunas veces privación de la libertad. Al romper el miedo y querer dejar de sufrir, terriblemente encontró la muerte.

“Las vamos a extrañar mucho. Justicia es lo que pedimos, justicia y que paguen, porque nosotros estamos pasando todo para que el siga libre, es lo único que pedimos, que las autoridades nos apoyen”, dijo Sofia, pide justicia para su tía y prima.

Este 1 de febrero se respiraba una tensa calma, sufrimiento, una comunidad dolida, triste y angustiada dándole el último adiós a dos mujeres que murieron buscando paz, tranquilidad. Con arreglos florales y un abrazo le manifestaban a la familia Franco Tinoco que no estaban sólos ante la terrible tragedia.

“Que se haga justicia, más porque dejó a dos niños sin su madre, sin ella a ver cómo van a crecer sin tener el amor de su mamá cerca”, añadió Miriam, amiga de Alondra.

Las investigaciones continúan para dar con el paradero del presunto causante.

“Yo los invitaría a que no se queden calladas, hay mucha gente quien los escuche y que lo hagan a tiempo, que no les pase lo que nos pasó a nosotros”, agregó Saúl Franco González, asesinaron a su esposa e hija.

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