Ya no hay temor de Dios. Este sujeto que ve en pantalla quería un licuado, pero prefirió llevarse la licuadora. Los hechos ocurrieron en las inmediaciones del mercado Felipe Ángeles en Guadalajara, donde se ve a este presunto cliente esperando la oportunidad para hacer su fechoría.
Camina de un lado a otro, mira a todas partes, ve a la calle, luego al interior de la finca y, finalmente, saca las garras y ¡zas!, se la lleva.
Los comerciantes piden al ayuntamiento de Guadalajara y a la policía tapatía que los ayuden haciendo su trabajo. Pues este ladrón no solo dejó sin trabajo a una microempresaria, sino que también perjudicó a quienes iban a consumir sus licuados; ya se van sin desayunar.