Del streaming al nocaut: ¿Cómo los influencers invadieron el boxeo?

Durante décadas, el boxeo fue un terreno reservado para guerreros de gimnasio, pugilistas de barrio y leyendas forjadas a base de sangre, sudor y disciplina.

Sin embargo, en los últimos años, una nueva generación ha irrumpido en el cuadrilátero: los influencers.

YouTubers, streamers, tiktokers y celebridades digitales han comenzado a protagonizar funciones de boxeo con millones de espectadores, generando debates que dividen al mundo del deporte.

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Lo que para algunos representa una burla al esfuerzo de los boxeadores profesionales, para otros es una forma legítima de entretenimiento y negocio.

Jake Paul, Logan Paul, KSI y hasta influencers mexicanos como El Mariana o Adrián Marcelo, han convertido sus nombres en atracción de taquilla. Funciones repletas, transmisiones por pay-per-view y alianzas con promotoras serias son ya parte de esta nueva normalidad.

El argumento económico es contundente: las peleas de influencers atraen a un público joven, generan cifras millonarias y ofrecen espectáculo garantizado. Plataformas como DAZN o Star+ han apostado por este modelo híbrido, entre lo deportivo y lo mediático. Pero mientras el dinero fluye, muchos puristas del boxeo alzan la voz.

“El boxeo es sacrificio, no una moda”, dicen algunos campeones retirados que observan con escepticismo cómo personas sin formación pugilística protagonizan estelares solo por tener millones de seguidores.

Otros, en cambio, reconocen que esta exposición podría ser una puerta para que las nuevas generaciones se interesen por el boxeo real.

La pregunta sigue sobre la mesa: ¿el boxeo de influencers es una evolución inevitable del entretenimiento deportivo o un retroceso que devalúa al deporte de los puños?

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