El año de 1999 marcó un hito en la historia del Atlas Fútbol Club. Un grupo de jóvenes talentos, conocidos como los “Niños Héroes”, llevaron al equipo a lo más alto de la Liga MX. Bajo la dirección de Ricardo La Volpe, estos jugadores, en su mayoría surgidos de las fuerzas básicas, dieron un espectáculo de fútbol ofensivo y vistoso que enamoró a la afición rojinegra y al fútbol mexicano en general. Entre los nombres más recordados de esa generación están Rafael Márquez, Daniel Osorno, Mario Méndez, Juan Pablo Rodríguez y Miguel Zepeda, quienes destacaron por su calidad, entrega y frescura en el terreno de juego.
¿Cómo logró destacar este equipo juvenil?
Lo que hizo especial al Atlas de 1999 no solo fue su juventud, sino la forma en que jugaban. Ricardo La Volpe supo sacar lo mejor de estos jóvenes, combinando un estilo de juego ofensivo con disciplina táctica, lo que llevó al equipo a tener una de sus mejores temporadas en décadas. En los cuartos de final, Atlas empató 3-3 con Morelia, pero avanzó por su mejor posición en la tabla general. Posteriormente, en las semifinales, el conjunto rojinegro dio una de sus mejores exhibiciones al derrotar a Cruz Azul con un contundente 6-0 en el marcador global. Aunque finalmente cayeron en penales ante Toluca en la gran final, su fútbol atractivo dejó una marca imborrable.
¿Cuál fue el legado de los “Niños Héroes” para el Atlas?
A pesar de no haber conseguido el título, los “Niños Héroes” dejaron un legado importante. Esta generación no solo posicionó al Atlas en la élite del fútbol mexicano, sino que también puso los cimientos para el desarrollo de futuros talentos en el club. Rafael Márquez, por ejemplo, se convirtió en uno de los mejores defensores de la historia de México, alcanzando una carrera internacional exitosa que lo llevó al Barcelona y a disputar cinco Copas del Mundo. Otros jugadores como Juan Pablo Rodríguez y Daniel Osorno también tuvieron carreras sólidas en el fútbol mexicano.
¿Qué representa este equipo para los aficionados rojinegros?
Para los seguidores del Atlas, el equipo de 1999 es un símbolo de orgullo y esperanza. A pesar de las dificultades que el club ha enfrentado en su historia, los “Niños Héroes” demostraron que con una buena cantera y un proyecto sólido, es posible competir al más alto nivel. Aunque no lograron la ansiada segunda estrella, su legado sigue vivo en la memoria de la afición y en las generaciones de futbolistas que han surgido del club desde entonces.
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