A un día de celebrarse la final de Miss Universo 2025, el certamen internacional volvió a colocarse bajo los reflectores, esta vez por una serie de renuncias, acusaciones y tensiones internas que han puesto en entredicho la transparencia de la organización. La polémica se suma a los señalamientos relacionados con la representante de México y ahora MISS UNIVERSE 2025, Fátima Bosch, y ha escalado a nivel internacional.
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La crisis se intensificó con la renuncia de Omar Harfouch, pianista y compositor franco-libanés, quien formaba parte del comité de selección como juez oficial. A través de redes sociales, Harfouch denunció la existencia de un presunto “jurado improvisado” que habría preseleccionado a 30 concursantes sin la participación de los jueces oficiales. Según su versión, esta votación se realizó de manera confidencial y por personas con posibles conflictos de interés debido a su cercanía con algunas participantes.
El exjuez afirmó haber sido “engañado y utilizado públicamente” por la Organización Miss Universo (MOU) y señaló que ya consultó a un despacho legal en Nueva York para proceder por presuntos delitos como fraude, abuso de poder, corrupción, engaño, incumplimiento de contrato y daño moral y reputacional. Incluso advirtió que los jueces que permanecen en el panel podrían verse implicados en lo que calificó como “un fraude a escala mundial”.
Horas después, Claude Makélélé, exfutbolista francés y también juez del certamen, anunció su salida del concurso. Aunque argumentó “razones personales imprevistas”, su renuncia reforzó la percepción de un certamen inmerso en una crisis interna en la antesala de la final.
Ante las acusaciones, la Organización Miss Universo emitió un comunicado en el que negó categóricamente cualquier irregularidad. La MOU aseguró que ningún grupo externo fue autorizado para evaluar o clasificar a las candidatas y señaló que Harfouch habría confundido el proceso de selección con el programa Beyond the Crown, una iniciativa de impacto social que, según la organización, no guarda relación con la elección de finalistas.
A la controversia se sumó la postura de Natalie Glebova, Miss Universo 2005 y jueza en la edición 2025, quien anunció que no volverá a participar como jurado mientras no se restablezcan mecanismos de auditoría que, según ella, garantizaban transparencia en el pasado. En un mensaje publicado en Instagram, Glebova recordó que durante su participación como concursante existía un auditor en el escenario con resultados sellados, medida que consideró necesaria para evitar dudas sobre el proceso.
La exreina acompañó su publicación con imágenes de Praveenar Singh, representante de Tailandia y una de las favoritas al título, a quien calificó como “mi ganadora”, lo que generó una fuerte reacción en redes sociales. Mientras algunos usuarios respaldaron la decisión de coronar a Fátima Bosch, otros apoyaron los señalamientos de Glebova y reforzaron las sospechas sobre posibles irregularidades dentro del certamen.
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Con información que comenzó a circular desde noviembre de 2025 y que continúa evolucionando hasta este 15 de diciembre, Miss Universo 2025 llega a su final envuelto en una de las mayores controversias de los últimos años, con la atención puesta no solo en la ganadora, sino en la credibilidad de su proceso de selección.