Después de años de espera, lágrimas negras y delineador seco, My Chemical Romance arrancó su regreso con una explosiva presentación en Seattle… y vaya que lo hicieron a lo grande. Pero lo que debía ser una noche para los libros del emo-core terminó, para algunos, en quejitas de TikTok, ventas apresuradas de boletos y hasta peticiones para que la banda “se modere”. ¿Disculpa… qué?
¿Qué pasó en el nuevo show de My Chemical Romance?
Durante el primer concierto de la gira, los asistentes se toparon con un espectáculo visual y teatral que rayó en lo macabro, como debe ser. Hubo un payaso que se inmolaba en escena, otro segmento donde Gerard Way era atacado simbólicamente, y una dinámica interactiva en la que el público decidía, con pancartas de “sí” o “no”, si los personajes del show debían morir o salvarse.
Lo más interesante es que, incluso cuando la mayoría pedía piedad, los personajes eran desvividos de todas formas. Un recurso escénico que, en vez de impactar como arte dramático, fue leído por algunos como “innecesario, desagradable y fuera de lugar”.
Las quejas en redes no se hicieron esperar y varios internautas comenzaron a revender sus entradas, exigiendo que la banda “deje de hacer estos performances tan extremos”.
¿En serio no sabías que My Chemical Romance era así?
La ola de comentarios indignados abrió un debate en redes donde, por fortuna, los fans OG salieron al quite. “¿Qué esperaban? ¿Un show con globos y lágrimas pintadas?” Esto no es nuevo, The Black Parade habla de un paciente muriendo y viendo a la Muerte como una marcha fúnebre, un final del que -aunque no quisiéramos- nadie puede escapar. Porque, claro, el dramatismo teatral, la oscuridad y lo visceral han sido siempre el sello de la banda.
My Chemical Romance -y los true emos- nunca han sido solo “un emo triste para llorar en tu cuarto”, son una banda con un discurso profundo sobre la muerte, los demonios internos y el absurdo de la existencia. Y esta nueva gira, según interpretan muchos fans, sería una continuación conceptual del universo de The Black Parade, con el protagonista cruzando las puertas del más allá.
¿Se les olvida que el rock siempre ha sido incómodo?
Hay que decirlo fuerte: el rock no está hecho para consolarte, sino para confrontarte. Y en eso My Chemical Romance no está haciendo nada que no hayan hecho ya artistas como Rammstein o Roger Waters, quienes también han jugado con símbolos fuertes, mensajes políticos y atmósferas perturbadoras.
Lo que pasa aquí es que algunos simplemente compraron nostalgia sin saber la historia.
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