Instrucciones para cumplir 30 (sin morir en el intento)

Dicen que la vida no viene con instrucciones y que cada cabeza es un mundo, ¡pero qué bueno sería que las hubiera para salir mejor librado!

Jessica Martin
Tendencia y Viral
mujeres cumpliendo treinta

Siendo pequeños ansiamos ser grandes, cuando somos jóvenes adultos nos reímos con cierto dejo de cinismo, pero también ternura de las aspiraciones tan inocentes que tuvimos al creer que cumplir dieciocho – o veintiuno según el país-, te hace “adulto” o “grande”, o ese ilusorio pensamiento pueril que adolece de toda experiencia real de creer que a los veinticinco es la fecha exacta para saber qué demonios estamos haciendo o cómo funciona la vida.

Cuando era más joven alguien me dijo: a tus veinte no te preocupes por el amor, por parejas estables ni el qué dirán; cultiva un círculo de amigos que se vuelvan familia; procúrate a ti más allá de modas pasajeras, encuentra tu pasión y vocación, y si no van donde mismo, entonces averigua el punto medio; hazte de cuatro pasatiempos uno que te mantenga en forma, otro que te tenga creativo, uno que te haga mejor ser humano y uno que te dé dinero. Pásalo sola, pero aprende a querer tu soledad y pasarla bien contigo. Come mejor y más sano, toma mucha agua, duerme bien, viaja más y parrandea menos, aprende, no sólo estudies, sino que entiende lo que haces, su porqué y para qué. Aprende a vivir por ti.

treinta años.jpg

Cuando vivimos por nosotros mismos

Después, uno puede o no, llegar a los treinta consciente que aquella frase trillada de “los treinta son como los veinte, pero con dinero”, puede ser más que verdadera, cuando de verdad viviste lo que te correspondía en cada época sin brincarte ningún paso.

Y por esto no quiero decir que te cases o tengas mil hijos o que los planifiques con una sábana con un hoyo rezando “esto no es por vicio ni por fornicio, sino por poner un hijo más a tu servicio”; tampoco que te quedes para siempre o no con tu primer/a novio/a; que no persigas tus pasiones ni que vayas por la vida de temporalidad en temporalidad sólo saciando el gusto sin poner esfuerzo, disciplina y dedicación en lograr algo, -lo que quieras y anheles-, de tu parte.

Me refiero a algo más trascendente: a que en serio pares de correr, a que dejes de seguir modas, vestirte, peinarte o maquillarte como va “de temporada” y empieces a ser tú, con lo que te queda, gusta y hace sentir bien en tu piel, contigo mismo, dentro tuyo; a que alces la mano y preguntes, intentes y te equivoques o aciertes de las mil maravillas; que te arriesgues a vivir una historia de amor y te rompan el corazón o que quizás te enseñen a que el amor es mucho más de lo que mil sonetos y todos los libros cursis podrían intentarte explicar.

A que viajes en grupo en excursión, con tu familia, con tu pareja y sola/o también; que comas cuanto platillo nuevo te cruces, a que intentes sin reparar en posibilidades de éxito o fracaso, que crees anécdotas, vivencias y experiencias, a que estudies lo que te mueva no lo que “deja dinero” porque la gente muere el día que deja de tener pasión y curiosidad por algo.

felicidad.jpg

Aprender a vivir a gusto en nuestra piel

A que dejes de correr y compararte, cada uno tiene un reloj propio en el que cada suceso se generará en el momento correcto para ti, tus elecciones y ritmo de vida, donde nunca es demasiado pronto o muy tarde. Porque todo momento es ahora y cualquier lugar es aquí, cuando somos el momento y lugar perfecto nosotros mismos per sé.

A que dejemos de presionarnos por ser perfectos, -no por ello no aspirar a ser el mejor en lo que hacemos o al menos el que lo hace con más pasión y entrega, porque, créeme sí que se nota quien disfruta lo que hace-, a cumplir con el estándar de quién sabe quién que se inventó porque le funcionó y sepamos que la vida no tiene reglas ni instrucciones, que cada uno lo hace como puede, quiere, le sale, aprende sobre la marcha o en cabeza ajena… Lo único veraz es que cada quién tiene un “modo”, de vivir y la verdad, es que se lo inventa.

Por ahí de octubre de 2020 leía una frase de Licht Marnav que me gustó y viene al caso: “Envejecer, (el paso de los años), tiene sus propios beneficios, aprendes que no tienes porqué ser quién no eres, que puedes hacer lo que te guste y amar a quién deseas. Que el maquillaje, moda y peinarte están sobrevalorados y que puedes (y ante todo debes) estar bien en tu piel. Que amarte es un requisito para amar en serio y que los mejores amores, llegan sin buscar y se quedan por voluntad”. ¿Y sinceramente?, lo creo a cabalidad.

Creo firmemente que todo en esta vida se da cuando eres lo suficientemente necio, tenaz, disciplinado, persistente, decidido y apasionado como para no doblegarte con tu rumbo. Que somos mucho más que cualquier percance, cambio de planes o rutas que se deba tomar, y que incluso, aun cuando todo pudiera no resultar, seguimos siendo triunfadores porque aprendimos a vivir bajo nuestras propias reglas… Cumpliendo con el único verdadero motivo de vida “no quedarnos a deber a nosotros mismos”.

El ser humano es su peor juez, pero, si pudiéramos ver al niño que fuimos siendo el adulto que somos, con seguridad, la mayoría de las veces el pequeño infante nos vería con ternura por todas aquellas cicatrices que nos conseguimos, siendo tan inocente pero lo suficientemente sabio por su carencia de prejuicios para entender que aún todos esos dolores valieron cada momento, como caerse por anotar un gol jugando bajo la lluvia con los amigos de la cuadra o escalando una ventana para robarle un beso a tu novia en el balcón.

Y nosotros, con un poquito de suerte, seremos mucho más de aquello que podíamos imaginar, exitosos bajo nuestros términos y felices con plenitud en ser quienes somos más allá de lo que cualquiera nos pudiera decir que debemos ser.

fiesta cumpleaños.jpg

Qué le diríamos a alguien que recién cumple 30

Si algo realmente le pudiera decir a cualquiera por cumplir treinta o cumpliendo treinta estando en su crisis del cuarto del siglo sería que no hay edad para nada, pero, seguro que hay momentos para todo y si tenemos la energía y las ganas ahora, entonces, sería el tiempo perfecto para sonreír, amar, gozar, viajar, aprender, y quizás de paso, conocernos en una historia de amor que será la única que dure nuestra vida entera: con nosotros mismos.

¿Y sabes?, que sean quince, veinte, veinticinco, treinta, cuarenta o cincuenta, sea la crisis que sea, -o nos queramos inventar o echar-, el número que marca la identificación o carnet es un pretexto simple, un trámite, un número sin valor que nosotros decidimos nombrar, sopesar y arraigar.

Porque cualquier momento es bueno para empezar de nuevo, matar la costumbre y ser quién queremos, con todos los raspones o muertes que ni un gato pudiera obtener, incluso si son más de siete… Porque merecemos cada oportunidad.

confeti volando.jpg

Reglas cinéfilas para cumplir exitosamente 30 años


Y ya si estás de plan cinéfilo, te dejo un extracto de la película de principios del dos mil, titulada “efectos secundarios”, que vaya que queda a modo:

“La verdad es que no importa si te has muerto 1 o 2 veces, o ninguna, porque siempre estás empezando de nuevo, en el fondo no hay nada qué hacer siempre tendrás 18, porque eres joven sólo una vez, pero inmaduro podrías serlo o no siempre.

No hay instrucciones para cumplir 30, pero si las hubiera serían estas:
· Haz una lista de todo lo que no te gusta de ti, y luego tírala. Eres lo que eres.
· Tira el equipaje de sobra, el viaje es largo, no te permite mirar hacia adelante.
· No sigas modas, en diez años te vas a morir de vergüenza de todas maneras.
· Deja que te rompan el corazón, enamórate, equivócate y vuelve a levantarte. Quizás hay un amor verdadero, quizás no, pero mientras lo encuentras, lo vivido ni quién te lo quite.
· Come frutas y verduras.
· Equivócate, cambia, intenta, falla, intenta de nuevo, manda todo al demonio y empieza de nuevo, todas las veces que sea necesario. De verdad, no pasa nada, sobre todo si no haces nada.
· Prueba otros sabores, comidas, gustos, viaja hasta que se acabe la gasolina, empieza algo, inventa otro nombre, usa algo que no te hayas atrevido, perdona, olvida, deja ir, decide quién es imprescindible… Porque mientras más grande se es más necesitas quién esté a tu lado sabiendo quién eres sin que tengas qué explicárselo, esos son los amigos, tu familia elegida, cuídalos.
· Aprende que no vas a tener todo aprendido, pero no hay examen final de esta escuela, ni calificaciones, ni examen o graduación de exalumnos… Todo lo que aprendas, es tuyo para hacer lo que quieras”.

Y si me permites citar a un poeta maldito, a un loco incomprendido, me decantaré por Bukowski y diré: “(…), un día me levanté sintiendo un cariño inexplicable por mí, por mi cuerpo, sabiendo que podría levantarme para hacer todo o nada mañana”.

Querido veinteañero con complejo por cumplir treinta o treintón que no lo quiere ser, nada es tan definitorio y ningún número te debería arrebatar las ganas de vivir, -excepto el del marcador cardiaco, oxímetro y quizás el de tu estado de cuenta en rojo de la tarjeta, pero, la mayoría tienen solución-.

Que tus treinta sean los que sean, que sean tus años, tu vida… Y que sean inmensa y ricamente tuyos.
Bienvenido al resto de tu vida.

Te podría interesar: Reseña del libro - En el bosque

¡No te pierdas nuestro contenido, sigue a TV Azteca Jalisco en Google News!
DISFRUTA LA SEÑAL DE TV AZTECA
Contenido relacionado