Erika y Víctor, una pareja de Tonalá, comparten su vida y su pasión por las artesanías de cerámica, creando piezas únicas en su taller casero. Víctor inicia el proceso con el vaciado, mientras Erika se encarga del recortado y esponjeado. Juntos cargan los hornos y luego Víctor aplica la pintura, dejando a Erika la tarea de los puntos. Dedican un promedio de 7 a 8 horas diarias a su pasión, aunque a veces pueden ser hasta 10 o 12 horas. Su inspiración proviene de la vegetación y los animales, así como del apoyo mutuo.
Con información de: Priscila Trejo
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