Los especialistas en salud alertan que las bajas temperaturas y los cambios bruscos de temperatura durante el invierno pueden afectar la piel, especialmente en zonas sensibles como rostro, manos, orejas y pies. Se pueden presentar urticarias al frío o inflamaciones localizadas. Además, la exposición prolongada al sol también representa un riesgo si no se toman precauciones. Para prevenir afectaciones, se recomienda hidratar la piel, proteger las áreas expuestas y evitar cambios bruscos de temperatura.
Con información de: Gerardo Sedano
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