La fe y la devoción se hicieron presentes una vez más en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, donde desde la noche del 11 de diciembre cientos de fieles acudieron para agradecer favores, milagros y pedir paz para sus familias. Como cada año, el recinto comenzó a recibir a personas de todas las edades que llegaron con flores, veladoras y oraciones dedicadas a la morenita del Tepeyac.
A las afueras del templo, comerciantes también se encomendaron a la Virgen de Guadalupe con la esperanza de que las ventas mejoren durante estas fechas, consideradas de las más importantes del año. Finalmente, al llegar las 12 de la noche, el santuario lució completamente abarrotado, enmarcando una de las expresiones de fe más significativas para miles de mexicanos.
Con información de: Óscar Orozco
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