Se cumplió un mes del asesinato del valiente presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, ese que denunció las amenazas en su contra, ese que denunció a los políticos involucrados con el crimen, un crimen que cimbró al país y que generó un “ya basta” contra las componendas del régimen morenista con la delincuencia organizada y el fracaso de la estrategia de abrazos y no balazos.












