Historia del postre tapatío por excelencia: la jericalla

El “crème brûlée” tapatío, conocido como manjar de los dioses o “jericalla”, no es solamente una opción completa y balanceada de postre, sino también, legado de Jalisco.

Jessica Martin
Azteca Noticias Jalisco
jericalla

El postre favorito de los mexicanos es orgullosamente tapatío, sí, la jericalla es un alimento tradicional de Jalisco, posicionándose además como uno de los platillos con mayor historia, bagaje y reconocimiento nacional, que le ha brindado también apertura internacional al ser una de las opciones típicas cuando a darnos un dulce antojo refiere en la gastronomía mexicana, (o a propósito de las fiestas patrias, también podría ser).

Este rico postre, nació, según cuenta la leyenda de un accidente en la Perla Tapatía, que hoy le vamos a recordar, y ya entrados en materia, hasta le trajimos la receta de la jericalla. ¡Sólo por darnos un capricho!

Historia de la Jericalla

La jericalla es un dulce típico tapatío creado en las cocinas del Hospicio Cabañas construido y fundado este recinto por el Obispo Ruiz Cabañas. Cuando dicho obispo construyó y creó este hospicio su cometido fue crear un espacio en donde se les pudiera dar alojamiento a todos los niños y niñas de la ciudad huérfanos y desamparados.

Si bien, se tienen distintas versiones del origen, una de las más populares se remonta al siglo XIX en el centro del municipio de Guadalajara, cuando las monjas lo preparaban para los niños en el Hospicio Cabañas.

Aunque en su principio, la consistencia y resultado final que conocemos hoy en día, no era así, sino más semejante a un flan de color amarillo vibrante con una ligera capa dorada encima, (cual crème brûlée).

hospicio cabañas

Las jericallas llevan este nombre pues una de las religiosas que lo preparaba, (y se estima también podría ser la precursora o receptáculo primario de la receta), era procedente de Jérica, un pueblo de la provincia de Castellón en la Comunidad Valenciana, en la comarca del Alto Palancia en España.

Según los relatos populares que la religiosa, (a la que algunas crónicas dan el nombre de “Jenara Caracalla”, aunque esto no pueda ser comprobado o negado), se encontraba en el Hospicio era una de las encargadas de velar por el sustento de las personas que ahí residían.

Así pues, cumpliendo con su encomienda y viendo las condiciones de alta desnutrición en la que llegaban muchas veces los niños, y siendo consciente además de que contaban con muy pocos recursos para alimentarlos, ideó hacer un alimento rico, atractivo y además lo más balanceado posible, combinando huevo, azúcar y leche como ingredientes principales.

monja cocinando

Fue así como decidió internarse en la cocina del recinto. Tomó huevos por su alto valor proteínico; leche, rica en calcio, y azúcar, para aportarles energía; para darle un toque le echó canela y un poco de vainilla y lo metió al horno para cocinarlo. Todo iba bien hasta ese entonces y varios días lo cocinó para el deleite y agrado de los habitantes del Cabañas.

No obstante, las múltiples ocupaciones de la religiosa llevaron a que un día olvidara este manjar en el horno y cuando diera cuenta de ello, ya se había quemado de la parte superior. Se dice que el obispo entró a las cocinas y guiado por el dulce aroma, tomó una cuchara y probó la jericalla y aunque la madre llegó en aquel momento, él ya lo había comido y le pareció tan rico, que quiso que se repitiera en justa preparación.

La madre reticente también lo probó y se dio cuenta que la consistencia de la corteza superior entre dorado y café le brindaba solidez al postre que se contrastaba con la suavidad del interior cremoso de vibrante amarillo.

A muchísimos años de ello, fue tal la popularidad que alcanzaron las hoy llamadas “jericallas”, que la receta fue difundida en cada una de las colonias de Guadalajara, hasta convertirlo en un postre de recetario y amplio valor cultural en el patrimonio de Jalisco y México.

jericalla

Cómo preparar tu tradicional jericalla

Sabemos que a ti también se te abrió el apetito mientras leías esta historia y recordabas anécdotas, eventos y sucesos de tu vida que estuvieron ligados a este tradicional postre, así que si tienes un antojo para el fin de semana. Te dejamos la receta de la jericalla, para compartir o para ti solito.

Ingredientes:


è 1, 250 mililitros de leche bronca.
è 4 gramos de canela.
è 160 gramos de azúcar.
è 300 gramos de huevo o lo equivalente en piezas.

Procedimiento:
Primero pondremos en una olla a calentar la leche, cuando comience a hervir, agregaremos la canela que tiene que ser en rama.

Después, dejamos que hierva por unos 4 minutos más o menos y enseguida agregaremos el azúcar, mezclamos hasta que se disuelva por completo, dejamos que rompa de nuevo el hervor y apagamos.

El siguiente paso será dejar enfriar la leche por completo, y ya que una vez esté fría, le agregaremos el huevo previamente molido ayudándonos con la licuadora, mezclamos muy bien, llenamos nuestros moldes ó plato de cerámica en donde daremos la presentación a la jericalla.

Llevamos al horno a baño maría a 360° por 1 hora aproximadamente, (esto dependerá del tamaño que hayas elegido para la jericalla). La señal infalible de que está lista es cuando la cubierta de arriba haya dorado.

Finalmente, retiramos, dejamos enfriar y estarán listas para ser compartidas con las personas que más queremos.
Anímate a darte un gusto, delicioso, tradicional y altamente nutrimental.

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