Cuando sube el calor, el cuerpo nos pide frescura. Por eso, las frutas de verano se convierten en grandes aliadas: además de deliciosas, son hidratantes, ligeras y cargadas de nutrientes. Algunas de las más comunes en esta temporada son la sandía, el melón, el mango, la piña y la ciruela, todas ricas en agua, fibra y antioxidantes.

Además, su sabor dulce natural es ideal para sustituir postres pesados. Comerlas en su temporada no solo garantiza mejor sabor y precio, sino que también apoyas la producción local.

Con información de Eddy Servín.

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