El Tianguis de Altamira fue el punto de encuentro donde familias, tradición y ambiente navideño se unieron para enviar saludos y compartir lo que más se disfruta de las posadas.
Las posadas son más que música y ponche: son una tradición con siglos de historia que cada diciembre reúne a familias y vecinos en México.
La felicidad adulta no se pierde, se transforma. Darte permiso de disfrutar pequeños momentos puede cambiar por completo tu forma de vivir el día a día.
El latigazo se volvió el pretexto perfecto para que el público soltara bromas, halagos y confesiones que encendieron la mañana con buen humor.
Entre bicicletas, juegos de la colonia y mensajes cargados de memoria y cariño, el público convirtió la mañana en un espacio de recuerdos y emociones compartidas.
Los mensajes de WhatsApp del público se roban el momento con saludos, anécdotas y ocurrencias que hacen de Cada Mañana un espacio cercano y lleno de calor humano.