En tiempos donde el miedo y la violencia reinaban, San León Magno se convirtió en símbolo de valentía y esperanza. El papa se enfrentó al temido Atila el Huno sin levantar una sola espada, confiando únicamente en su fe y palabra.

Según relatan los textos históricos, León Magno salió al encuentro del líder bárbaro a las puertas de Roma, logrando que éste se retirara sin atacar la ciudad. El gesto, considerado milagroso, marcó un antes y un después en la historia del cristianismo, recordando que la fe puede ser más poderosa que la guerra.

Con información de Eddy Servín.