A pesar de las anomalías que lo hacen único, el 3I/ATLAS no posee la apariencia majestuosa de una galaxia por una razón fundamental de escala y naturaleza: es un cometa interestelar. Mientras una galaxia es un conjunto masivo de miles de millones de estrellas, este objeto es un cuerpo pequeño, rocoso y helado de apenas 5.6 km de diámetro.
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Diferencias clave: Escala vs. Composición
La confusión suele surgir por su brillo inusual, pero las diferencias son drásticas:
- Tamaño y Brillo: Las galaxias son estructuras vastas y difusas. 3I/ATLAS es un punto débil, solo perceptible con telescopios de alta potencia, cuyo brillo proviene de la sublimación de sus hielos (al convertirse en gas) al acercarse al Sol.
- Origen y Trayectoria: A diferencia de las galaxias, que son “universos” estables, este cometa es un viajero con una órbita hiperbólica; viene de fuera de nuestro sistema solar y lo abandonará para siempre.
- Química Excepcional: Su núcleo contiene niveles inusuales de dióxido y monóxido de carbono. Esto lo convierte en una “cápsula del tiempo” que permite estudiar la química primordial de otros sistemas estelares, algo imposible de analizar en la escala de una galaxia lejana.
En resumen, aunque 3I/ATLAS presenta comportamientos científicos fascinantes —como un chorro directo al Sol—, sigue siendo una pequeña roca helada que ofrece una ventana única a la composición del universo profundo, sin alcanzar jamás la escala estelar.
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