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Un perrito no es un regalo: la decisión que marca una vida cuando entra una mascota al hogar

Durante la temporada decembrina aumentan las adopciones impulsivas; especialistas advierten que integrar un animal implica compromiso, planeación y responsabilidad a largo plazo, no solo emoción momentánea.

Una mascota no es un juguete
ni un regalo pasajero
|CRÉDITO: UAG

La época decembrina suele estar asociada con celebraciones, reuniones familiares y obsequios. En ese contexto, muchas personas consideran integrar una mascota al hogar sin dimensionar plenamente el impacto de esa decisión. De acuerdo con el médico veterinario Manuel Alberto González Esparza, docente de la Universidad Autónoma de Guadalajara, adoptar o adquirir un animal debe entenderse como un compromiso de largo plazo que transforma rutinas, economía y responsabilidades diarias.

Una mascota no es un juguete ni un regalo pasajero. Es un ser vivo que depende completamente de quien decide llevarlo a casa. Antes de hacerlo, resulta indispensable analizar con honestidad el estilo de vida, la disponibilidad de tiempo, el espacio físico y los planes futuros. La pregunta clave no es si hoy existe entusiasmo, sino si mañana se mantendrá la capacidad de cubrir sus necesidades cuando la novedad desaparezca.

¿Qué implica realmente tener una mascota en casa?

Perros, gatos y otras especies requieren mucho más que alimento y agua. Necesitan atención veterinaria preventiva, esquemas de vacunación, desparasitación, esterilización y cuidados específicos según su etapa de vida. Además, demandan estimulación física, enriquecimiento ambiental y socialización constante. Cada animal tiene requerimientos distintos, por lo que una orientación profesional previa ayuda a elegir la opción más compatible con el entorno familiar.

La adopción responsable debe ser una prioridad. Refugios y asociaciones resguardan animales que esperan una segunda oportunidad. Adoptar salva vidas y contribuye a disminuir la sobrepoblación. En caso de recurrir a un criador, es fundamental verificar prácticas éticas, condiciones sanitarias adecuadas y documentación en regla. Los sitios que fomentan la reproducción indiscriminada perpetúan problemas de bienestar animal.

La llegada a un nuevo hogar también requiere planeación. Preparar un espacio seguro, tranquilo y cómodo reduce el estrés del cambio. Una revisión veterinaria inicial permite evaluar el estado de salud, definir un plan nutricional y establecer rutinas claras de alimentación, descanso y paseos. La previsibilidad genera confianza y facilita la adaptación.

La educación es otro pilar esencial. El aprendizaje debe basarse en refuerzos positivos, paciencia y constancia. Los castigos físicos o verbales, además de inaceptables, dañan el vínculo y provocan problemas de conducta. Las mascotas no actúan por maldad, sino como respuesta al miedo, la ansiedad o la falta de guía.

Adoptar o adquirir una mascota es una decisión que transforma dos vidas. Tomarla con información, empatía y compromiso garantiza una convivencia estable, respetuosa y duradera. La responsabilidad es el mejor regalo que puede ofrecerse.

Pirotecnia lastima a mascotas y animales domésticos

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