No es que tu perro quiera invadir tu privacidad (aunque claramente lo hace). Lo que está haciendo es un acto de lealtad y conexión. Desde su perspectiva, tú eres su líder de manada, y dejarte solo, incluso por minutos, puede ser impensable. En la naturaleza, los canes se siguen entre sí todo el tiempo como parte de su instinto de supervivencia. Así que, cuando tu perro empuja la puerta del baño con la nariz, no busca incomodarte… sino protegerte.
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¿Es amor o ansiedad por separación?
Los especialistas en comportamiento canino advierten que este seguimiento puede tener dos caras. Por un lado, es una expresión de amor y apego. Pero por otro, podría ser una señal de ansiedad por separación. Si notas que tu perro se inquieta cuando no puede acompañarte o hace travesuras en tu ausencia, es probable que haya un problema emocional que atender. En esos casos, reforzar su independencia con juegos mentales o entrenamiento puede hacer una gran diferencia.
¿Debería preocuparme o disfrutarlo?
Depende de la intensidad y del contexto. Si tu perro simplemente se sienta afuera del baño o entra contigo con calma, probablemente no hay nada de qué preocuparse. Pero si ladra, rasca la puerta o parece angustiado, vale la pena consultar a un etólogo. Lo más importante es entender que no lo hace por molestar: lo hace porque tú eres su mundo.
Así que la próxima vez que te siga hasta el baño, míralo con ternura: ese pequeño guardián solo quiere asegurarse de que estés bien… incluso cuando estás en el lugar más privado de la casa.
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