Aunque hoy vemos exposiciones fotográficas que rompen con los estereotipos, hubo un tiempo en el que eso era impensable. En los años 50 y 60, la fotógrafa Diane Arbus decidió mirar a quienes todos ignoraban y retratarlos con respeto, cercanía y crudeza. Su mirada cambió la historia de la fotografía y abrió el camino para que lo “raro” dejara de ocultarse.
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¿Quién fue Diane Arbus y por qué cambió la historia de la fotografía?
Diane Arbus nació en Nueva York y comenzó su carrera haciendo fotos para revistas de moda. Pero ese mundo estilizado no le llenaba. Cambió el glamour por lo incómodo y salió a las calles para retratar a personas marginadas: gemelos, nudistas, personas con discapacidad, artistas de circo y más.











Lo que hizo distinta a Arbus no fue sólo su tema, sino su enfoque: ella no miraba desde lejos, sino que convivía con sus modelos. En sus retratos no hay morbo ni condescendencia, sólo humanidad. Fotografió lo que la sociedad no quería ver, pero que también era parte del mundo.
¿Por qué el trabajo de Diane Arbus sigue siendo importante hoy?
El legado de Arbus marcó a generaciones de artistas como Nan Goldin, Cindy Sherman o Robert Mapplethorpe. Su trabajo cuestiona la idea de belleza y nos invita a ver de frente lo que incomoda, lo que no se adapta a lo normativo.
Sus fotos siguen vigentes porque nos recuerdan que la diferencia no es una falla, sino una forma legítima de existir. Diane Arbus no fotografió “freaks”, sino personas. Y lo hizo con una valentía que aún sacude al mundo del arte.
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