¿Por qué los deportistas eligen ciertos números en la camiseta? La historia detrás de una decisión personal

Elegir un número de camiseta puede parecer un detalle menor, pero para muchos deportistas es una decisión que los acompaña durante toda su carrera. Ya sea por tradición familiar, superstición o por imitar a sus ídolos, cada dorsal suele tener una explicación que va más allá de la estética.

En categorías juveniles, los números suelen asignarse por posición en el campo o por orden dentro del equipo. Con el paso del tiempo, ese primer dorsal termina convirtiéndose en una especie de amuleto para el jugador, que intenta conservarlo conforme avanza de nivel. Muchos atletas mantienen el mismo número con el que debutaron, como una forma de recordar sus inicios.

En la mayoría de los casos, sí. Futbolistas, basquetbolistas y beisbolistas reconocen abiertamente que adoptaron su número por la influencia de una figura histórica. Es una manera de rendir homenaje y, al mismo tiempo, de inspirarse en cada partido. Algunos dorsal emblemáticos, como el “10” o el “23”, nacieron precisamente de esta tradición de heredar la grandeza.

La respuesta es clara: muchísimo. Hay deportistas que rehúyen ciertos números por considerarlos de mala suerte, mientras otros los adoptan como un desafío personal. En ligas profesionales se han documentado casos de jugadores que renuncian a un número después de una mala racha o que lo cambian para cerrar una etapa complicada.

En deportes como el fútbol o el rugby, la posición marca históricamente ciertos números: el portero usa el “1”, el delantero suele inclinarse por el “9” y el creativo por el “10”. Aunque hoy existe mayor flexibilidad, muchos atletas prefieren respetar estas tradiciones para mantener orden dentro del equipo y reforzar su rol en la cancha.

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