¿Por qué los boxeadores se vendan las manos si ya usan guantes? La razón va más allá de la protección
Es común ver a los pugilistas vendarse las manos antes de cada pelea… pero, ¿realmente es necesario si ya llevan guantes? La respuesta sorprende a muchos.
En cada pelea profesional, es casi un ritual: el boxeador llega al vestidor, se sienta con calma, y antes de colocarse los guantes, su entrenador o cutman comienza a vendarle cuidadosamente ambas manos.
Esto no es un simple trámite ni un acto simbólico. Aunque muchos se preguntan por qué usar vendas si ya hay guantes que las cubren, lo cierto es que esta práctica cumple funciones fundamentales.
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¿Para qué sirve el vendaje en el boxeador?
Las vendas sirven, ante todo, para proteger las estructuras óseas y los tendones de la mano. A pesar de que los guantes brindan cierta amortiguación, no son suficientes para evitar lesiones internas cuando se lanzan golpes a alta velocidad y con fuerza. En especial, los nudillos, los metacarpos y las muñecas pueden resentirse sin este refuerzo.
Además, el vendaje permite compactar y estabilizar la mano, manteniéndola en una posición segura. Esto reduce significativamente el riesgo de esguinces o fracturas, tanto en los entrenamientos como en las peleas oficiales.
En el ámbito profesional, los vendajes están regulados por las comisiones deportivas: deben cumplir con medidas específicas y pueden ser revisados e incluso firmados por supervisores y rivales antes del combate.
En resumen, los guantes protegen al oponente del impacto excesivo, pero las vendas protegen al propio boxeador de sí mismo. Son una capa invisible de seguridad que permite que el deporte sea más duradero, técnico y seguro.
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