El reconocido percusionista, Ricardo Gallardo, comenzó su vida musical desde pequeño, pues menciona que sus padres decidieron inculcar a cada uno de sus hijos el amor por la música, enseñándoles a cada uno un instrumento musical. Sin embargo, agregó que sus hermanos mayores tomaban clases de piano, y había un solo piano en la casa, entonces las peleas por el instrumento eran épicas.
Al encontrarse en la situación de “la pelea musical”, como hermano menor, decidió ir por otro camino, “no le voy a entrar a esa pelea, pero me gustaba mucho y me sigue gustando mucho y siempre me atrajeron los instrumentos de percusiones, por eso entré al Conservatorio como a los 11 años a estudiar música”, agregó durante la entrevista.
Además, nos compartió que tenía el recuerdo de que desde pequeño le fascinaba el sonido, jugar con él y juntaba cubetas y a pegarles, a crear los sonidos. “Por ejemplo, jugaba mucho con una manguerita conectada a la llave del agua y entonces abría la llave y ponía mi oído junto a la manguera y escuchaba como iba subiendo el tono a medida que se acercaba y mi juego era quitar rápido la manguera de mi oído, antes de que saliera el agua, a veces perdía”, comentó entre risas al recordar su infancia.
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Los altibajos de la carrera de un músico que lo llevó al éxito internacional
“Es curioso porque no sé si yo lo llamaría fracaso, yo siento que el camino natural de un músico está lleno de altibajos, creo que son parte fundamental de nuestra carrera. Nunca he tomado una experiencia como un fracaso, sino como un aprendizaje u oportunidades de aprendizaje”, agregó tras preguntar si había una experiencia que considerada como fracaso que lo impulsó a seguir adelante.
Pero agregó, “no estoy diciendo que nunca he fracasado, sino como todo está en el contexto del amor a tu trabajo, al ser capaz de hacer tu trabajo y sentirte nadando en este océano de satisfacción, de fortuna de poderte dedicar a esto, lo disfrutas y aprendes igual, independientemente del grado del éxito que tenga. Todo te deja muchísimas ganas de seguir adelante, así sea un concierto exitoso o ‘¡uy! no vino tanto público, que lástima’ y uno siempre se queda con ganas de hacerlo mejor la próxima vez”.
Al pensar en los fracasos o en los momentos difíciles de su carrera destacó los años de la pandemia del Covid-19. “La etapa más frustrante han sido estos dos años que nos afectó en general a todo el mundo, en especial a nosotros los músicos, todo nuestro trabajo se cayó, nuestra fuente de ingreso, a todo nivel y en todo el mundo, desde los músicos amateurs hasta las grandísimas estrellas. Además, no se nos permitió ser quienes somos, el mensaje que generó la sociedad que le dieron a la música, fue algo medio feo porque nos hicieron sentir como si no fuéramos importantes al ser el último sector en abrir las puertas”, declaró durante la entrevista.
“La música es una manifestación cultural, que te da identidad, te dice quién eres y es un patrimonio cultural importantísimo”, menciona el reconocido percusionista, nominado a dos GRAMMYS en el año 2006.
¡Ricardo Gallardo, solista durante el segundo programa de la OFJ!
“A mí me tiene muy contento, es un concierto que escribió Carlos Infanzón, es una colaboración y una amistad de muchos años; es una pieza muy juguetona, es de muy buen humor y esto no quita que sea un reto tocarlo, es una pieza solista y hace despliegue de cosas virtuosas y todo lo que tiene un concierto de este tipo”, comentó sobre el concierto que presentará esta semana con la Orquesta Filarmónica de Jalisco.
Además agregó que es el primer concierto para vibráfono que se escribe en México y el motivo principal es el juego, lo describe como “muy lúdico”. “Tanto Héctor como yo somos músicos muy juguetones y además el concierto tiene un subtítulo “jugando con papá” y Héctor de niño recuerda una vez que su papá trajo un pequeño vibráfono a su casa y se la pasaban tocando de manera de juego y esos recuerdos lo llevaron a hacer este concierto. La Orquesta Filarmónica de Jalisco lo recibió muy bien y lo hemos disfrutado mucho”, concluyó el percusionista Ricardo Gallardo.
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