Hay estrellas que se apagan ¡y otras que se reinventan! Demi Moore pertenece a ese segundo grupo. La actriz que enamoró al mundo con Ghost y rompió esquemas en G.I. Jane cumple 63 años este 11 de noviembre, y lo hace en la cima de un resurgir artístico que la devuelve al centro de Hollywood.
Su papel en La Sustancia (The Substance) no solo le valió el Globo de Oro a Mejor Actriz, sino también la ovación de toda una generación que creció viéndola llorar frente a una rueda de alfarería.
¿Cómo se forjó la leyenda de Demi Moore?
Detrás del mito hay una historia de lucha. Nacida como Demetria Gene Guynes, creció entre mudanzas, violencia doméstica y carencias. A los 15 años descubrió que su padre no era su padre biológico y poco después escapó de casa para sobrevivir por su cuenta. Esa resiliencia marcó a la futura estrella.
Su carrera despegó en los 80, pero el verdadero boom llegó con Ghost: La sombra del amor (1990), junto a Patrick Swayze. Después vinieron Una propuesta indecente con Robert Redford, Cuestión de honor con Tom Cruise, y el ícono de empoderamiento femenino que fue La teniente O’Neil. En cada papel, Moore demostró que su belleza era solo la puerta de entrada a un talento feroz.
Entre amores, pérdidas y un poderoso regreso
Su vida amorosa fue tan intensa como sus personajes: Bruce Willis —con quien tuvo tres hijas y mantiene una entrañable amistad—, y más tarde Ashton Kutcher, en una relación que la puso en el ojo mediático y la llevó a tocar fondo. Pero una vez más, Demi resurgió. Hoy, su discurso viral en los Globos de Oro es un manifiesto de fuerza femenina: “Podés saber el valor de tu trabajo si dejás de lado la vara que lo mide todo”.
A los 63, Demi Moore celebra su renacimiento en Hollywood. Ya no es la actriz que Hollywood definió: es la mujer que definió a Hollywood.
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