Durante años, su nombre fue sinónimo de exclusividad, poder y prestigio internacional. Sin embargo, hoy Raúl Rocha Cantú, empresario mexicano y propietario de la organización Miss Universo, enfrenta señalamientos que lo colocan en el centro de una investigación por presuntos delitos de alto impacto.
Las acusaciones apuntan a un entramado financiero que, de acuerdo con los señalamientos, habría servido para crear empresas fantasma, utilizadas presuntamente para encubrir operaciones ilícitas. Entre los delitos que se le atribuyen se encuentra el tráfico de armas, las cuales habrían terminado en manos de grupos delictivos.
El contraste no podría ser más fuerte: de encabezar uno de los certámenes de belleza más reconocidos del mundo, a ser vinculado con una red que, según las investigaciones, operaba lejos de los reflectores y del glamour que rodea a Miss Universo.
Aunque el empresario no ha emitido una postura pública detallada, el caso ya genera repercusiones en círculos políticos, empresariales y mediáticos, debido al alcance internacional de la marca que dirige y a la gravedad de los señalamientos.
Las autoridades continúan con las indagatorias para determinar el grado de responsabilidad y el posible uso de estructuras corporativas como fachada para la comisión de delitos federales. Mientras tanto, el caso se mantiene en desarrollo y promete revelar más detalles en los próximos días.
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