Un cuadro de Van Gogh duró 100 años con un error a simple vista

Nadie está exento de que las condiciones climatológicas y circunstancias alrededor afecten nuestros quehaceres, y menos una pintura, pero Van Gogh ni lo notó.

Jessica Martin
Tendencia y Viral
Un cuadro de Van Gogh duró 100 años con un error a simple vista

Vincent Willem Van Gogh, mejor conocido como “Vincent Van Gogh” o sólo “Van Gogh” para los amigos, (entiéndase esta palabra como todos los fans, artistas amateur y especialistas que hemos acortado el nombre), era un pintor neerlandés y principal exponente del postimpresionismo, logrando en menos de dos tercios de su vida pintar 800 cuadros y poco más de 1600 dibujos hasta poco antes de caer presa de diversas enfermedades que lo llevaron a morir el 29 de julio de 1890 en Francia con sólo 37 años de edad.

Van Gogh es internacionalmente conocido, pero algunas de sus obras favoritas del público resultan ser “La Noche Estrellada”, “Los Girasoles”, “El dormitorio en Arlés”, “Campo de Trigo con Cipreses”, “Los Olivos”, “El Jardín de Daubigny”, entre otros.

“Los Olivos” de Van Gogh escondían un secreto

Y justo lo que nos llama hoy es el cuadro de “Los Olivos” realizado en 1889 en el asilo Saint Rémy de Provence donde pasó Van Gogh sus últimos días y resguardado al día de hoy en el Museo Nelson-Atkins de Kansas, al sur de EE.UU desde hace algunas décadas, ya que, por poco más de cien años esta pintura impresionista ocultaba un secreto a simple vista.

Resulta que en esta pintura de exquisita técnica, uso de luz y color, altos relieves en óleo, mezcla de aceite de linaza y otros pigmentos naturales, realizada presumiblemente con pincel y espátula con paisajes arbolados hacia la montaña de tonos predominantes azules, verdes y blancos fue una de las tantas obras realizadas “plein air”, es decir “pintadas al aire libre”, por lo que, los errores e inclemencias del tiempo naturalmente podrían haberle hecho algún estrago… ¿Verdad?

Los Olivos Van Gogh

El tiempo resguardó un secreto entre la pintura “Los Olivos”

Bueno, dicho así suena hasta lógico, pero es que para todos nos llevó más de cien años notar que, dentro de los trazos prolijos de pintura había un polisón: un chapulín.

Sí, un grillo quedó atrapado entre las pinceladas de Van Gogh y a los conservadores y museógrafos de Kansas les llevó más de cien años notarlo, ya que, mientras intentaban analizar a profundidad la “huella artística”, (la forma de la pincelada y trazo de la obra), resultó que los lentes amplificaron “algo” incrustado, que tras el análisis de un biólogo y paleontólogo de la Universidad de Kansas dictaminó que resultó que era la cabeza y unas cuantas patas de un chapulín que estaba presumiblemente muerto antes de entrar a la pintura, conclusión a la que se llegó debido a que no había más del insecto por ninguna parte.

Si Van Gogh notó o no que había pedazos de grillo en su pintura, es un secreto que se llevó a su tumba, junto el por qué se cortaría el lóbulo de la oreja por el despecho de una mujer. Y mientras tanto “Los Olivos” no sólo es uno de los mejores paisajes del autor, sino también el hogar de un saltamontes que trascendió al tiempo “inmortalizado” literalmente en la obra del neerlandés.

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