La piel sensible en niños y adolescentes es un padecimiento cada vez más común, caracterizado por ardor, picazón, hormigueo, sequedad y enrojecimiento. Factores como el cambio climático, la contaminación y la herencia genética influyen en su desarrollo, especialmente si uno o ambos padres presentan dermatitis atópica. En menores de seis años, la prevalencia alcanza hasta el 53.9%, con mayor incidencia en niñas. En los hospitales civiles de Guadalajara se registran más de 2,800 consultas anuales por este tipo de afecciones. Los especialistas recomiendan evitar la automedicación, usar jabones con pH neutro y cremas sin perfume ni alcohol.
Con información de: Florencia Moreno
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