El centro histórico de Guadalajara vivió una tarde de violencia cuando, sin previo aviso, un grupo de encapuchados atacó el Palacio de Gobierno. Desde las 3 de la tarde comenzaron a golpear las puertas con fuerza usando palos, tubos, botellas y cualquier objeto a su alcance. Hicieron pintas, arrancaron puertas laterales y quebraron ventanales, incluso la entrada principal del recinto, mientras familias con menores presenciaban el caos.
Los manifestantes también derribaron mallas de una obra cercana para tomar herramientas y usar losas del piso como proyectiles, además de arrancar bancas y dañar luminarias. Parte del grupo se dirigió al Congreso de Jalisco, donde lanzaron un artefacto que provocó un incendio en una oficina, sofocado por bomberos.
La violencia se extendió por más de cinco horas, dejando al menos cinco heridos, varios intoxicados y daños en infraestructura, incluida la línea 3 del tren ligero.
Con información de: Cecilia Cerna
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