Los panteones del Área Metropolitana de Guadalajara se llenaron de color y tradición, con miles de familias llevando flores, calaveritas de azúcar y veladoras para recordar a sus seres queridos que han partido.
Algunas familias aprovecharon para compartir alimentos y bebidas, transformando los panteones en espacios de convivencia y recuerdo. El Día de Muertos se consolidó así como una celebración que une a las familias y mantiene viva la memoria de quienes ya no están presentes.
Con información de: Antonio Sánchez
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