¡No es el estrés de tu jefe! Los gritos aunque son la forma más común de la violencia laboral, no es la única forma en la que se ejerce este tipo de conductas.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la violencia laboral es la acción verbal o psicológica de índole sistemática, repetida o persistente por la que en el lugar de trabajo o en conexión con el trabajo, una persona o un grupo de personas hiere a una víctima, la humilla, ofende o amedrenta”.
Pero intimidar, opacar, aplanar, amedrentar, consumir emocionalmente, intelectualmente o moralmente para excluir a las personas de la organización también constituyen actos de violencia laboral, así como el hostigar, agredir, controlar y destruir.
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Ejemplos de actos de violencia laboral
- Designar los peores trabajos o más denigrantes
- Designar trabajos innecesarios, monótonos o repetitivos sin valor o utilidad
- Designar tareas por debajo de sus competencias
- No asignar trabajo
- Exceso de trabajo
- Presionar injustificadamente para establecer plazos imposibles de cumplir
- Cambiar de puesto sin previo aviso
- Restringir su posibilidad de comunicación
- Trasladarla a puestos de trabajo aislados
- Ignorar a la persona o no dirigirle la palabra
- Dividir a los compañeros
- Hacer críticas de su vida privada o íntima
- Burlarse de los defectos personales
- Imitar los gestos o la voz de la víctima
- Ataques a las actitudes y creencias políticas y/o religiosas
- Descalificar a las personas por su apariencia, forma de vestir
- Amenazas de violencia
- Maltrato físico
- Evaluar su trabajo de forma inequitativa o de forma sesgada
- Desvalorizar sistemáticamente su esfuerzo












