La pérdida de un ser querido es una de las experiencias más complejas que puede atravesar una persona. Nadie está exento de vivirla y, aunque suele tomar por sorpresa, forma parte natural del ciclo de la vida. De acuerdo con la maestra Teresita de Jesús Lizárraga Fregoso, académica de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), toda pérdida da origen a un proceso de duelo que, lejos de ser una enfermedad, constituye una reacción normal ante la ausencia.
Durante el duelo es común experimentar emociones intensas y desagradables como enojo, tristeza profunda, frustración, apatía o incluso confusión. Estas reacciones no deben reprimirse ni evitarse, ya que forman parte del proceso de adaptación emocional. La especialista subraya que el objetivo no es controlar lo que se siente, sino aprender a regular esas emociones para que no dominen la vida cotidiana.
Para lograrlo, Lizárraga Fregoso afirma que es fundamental contar con una especie de “caja de herramientas emocionales”. Este conjunto de estrategias permite transitar el dolor de forma saludable, respetando los tiempos personales y reconociendo que cada experiencia de pérdida es única. No existen fórmulas universales, ya que lo que resulta útil para una persona puede no funcionar para otra.
¿Cómo afrontar el duelo de manera saludable?
Lizárraga Fregoso afirma que las estrategias para sobrellevar el duelo deben adaptarse a las características de cada individuo. Factores como la resiliencia, la espiritualidad, la madurez emocional, así como el estado de salud física y mental, influyen en la forma en que se vive la pérdida. Reconocer estas variables facilita identificar qué acciones ayudan realmente a procesar el dolor.
Una recomendación clave es permitirse sentir: negar el sufrimiento emocional suele prolongar el malestar y dificulta la recuperación. La académica recomendó rodearse de personas significativas, con quienes exista confianza y escucha genuina, resulta esencial. Al mismo tiempo, es válido tomar distancia de quienes minimizan la experiencia o insisten en hablar del tema sin sensibilidad.
El duelo no sigue un calendario fijo. Algunas personas logran adaptarse a su rutina en un periodo relativamente corto, mientras que otras requieren más tiempo para reorganizar su vida emocional. La maestra Lizárraga Fregoso explica que, en la mayoría de los casos, no es necesaria la intervención de un especialista, ya que el propio proceso permite encontrar un nuevo equilibrio.
No obstante, buscar ayuda profesional es recomendable cuando las emociones se vuelven inmanejables y afectan de manera significativa áreas como el trabajo, las relaciones personales o la salud. Lizárraga Fregoso advirtió que dificultades persistentes para regular sentimientos, aislamiento extremo o incapacidad para retomar actividades cotidianas pueden ser señales de alerta.
Aprender a sobrellevar la pérdida no implica olvidar, sino integrar la ausencia a la propia historia de vida. Acompañar el dolor con comprensión, paciencia y apoyo adecuado permite reconstruir el sentido personal y continuar adelante con mayor fortaleza emocional, finalizó la maestra.
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