En el escenario laboral contemporáneo, los procesos de reclutamiento han cambiado de manera profunda. Las empresas ya no solo buscan conocimientos técnicos o formación académica impecable; ahora ponen especial atención en un conjunto de capacidades humanas conocidas como soft skills, determinantes para el desempeño, la adaptación y el crecimiento dentro de cualquier organización.
De acuerdo con Héctor Robles, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), estas habilidades blandas se han convertido en un factor decisivo al momento de evaluar candidatos. A diferencia de las hard skills, que pueden certificarse, automatizarse o aprenderse con relativa rapidez, las soft skills se construyen a lo largo del tiempo mediante experiencias personales, interacción social y autoconocimiento.
¿Qué son las soft skills y por qué importan tanto a los reclutadores?
Las soft skills abarcan competencias interpersonales, sociales y emocionales que influyen directamente en la forma en que una persona se comunica, colabora, resuelve conflictos y toma decisiones. En un entorno donde cientos de aspirantes pueden dominar los mismos programas, procesos o metodologías, estas habilidades permiten identificar perfiles con verdadero potencial humano. Trabajo en equipo, inteligencia emocional, pensamiento crítico, liderazgo, adaptabilidad y comunicación efectiva figuran entre las capacidades más solicitadas en las vacantes actuales. No se trata de conceptoss abstractos, sino de herramientas prácticas que impactan en la productividad, el clima laboral y la capacidad de una empresa para enfrentar cambios constantes.
Héctor Robles afirma que el avance tecnológico ha facilitado el acceso al aprendizaje técnico; sin embargo, también ha reducido el contacto humano en muchos espacios profesionales. Paradójicamente, esto ha incrementado el valor de quienes logran conectar, escuchar, negociar y colaborar de forma efectiva. Las organizaciones buscan personas capaces de integrarse, aportar soluciones y construir relaciones sólidas más allá de sus conocimientos específicos.
Desde la perspectiva competitiva, afirma el experto, incluir habilidades blandas en el currículum representa una ventaja significativa frente a otros perfiles similares. Además, su desarrollo no solo beneficia a la empresa, sino que impulsa el crecimiento personal, fortalece la autoestima profesional y mejora la capacidad de adaptación ante escenarios inciertos.
Las soft skills ya no son un complemento opcional. Hoy constituyen un pilar esencial para alcanzar estabilidad, proyección y éxito profesional en un mercado laboral dinámico, exigente y en permanente evolución, concluye Héctor Robles.
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