El cometa interestelar 3I/ATLAS vuelve a colocarse en el centro de la atención científica tras dos nuevas observaciones realizadas el 12 de diciembre de 2025, una en rayos X y otra en luz visible, que confirman que el objeto continúa activo y presenta cambios en su apariencia y composición conforme avanza por el Sistema Solar. Estos hallazgos se producen días antes de su máximo acercamiento a la Tierra, previsto para el 19 de diciembre, aunque los astrónomos subrayan que se mantendrá a una distancia segura y no supone ningún peligro para el planeta.
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La Agencia Espacial Europea (ESA) dio a conocer una imagen inédita obtenida por el observatorio espacial XMM-Newton el pasado 3 de diciembre, tras casi 20 horas de observación, cuando el cometa se encontraba a unos 280 millones de kilómetros del telescopio. Para la captura se utilizó la cámara EPIC-pn, el detector de rayos X más sensible del instrumento. La emisión de rayos X de baja energía, aunque pueda parecer inusual, se explica por la interacción entre los gases liberados por el cometa y el viento solar, un proceso conocido como intercambio de carga.
En el caso de 3I/ATLAS, estas mediciones tienen un valor especial por tratarse de un objeto originado fuera del Sistema Solar. Las observaciones en rayos X permiten identificar gases difíciles de detectar con telescopios ópticos o ultravioletas, como el hidrógeno molecular o el nitrógeno, lo que aporta pistas sobre posibles composiciones distintas a las observadas en cometas locales. La ESA señaló que estos datos complementan los obtenidos por otros instrumentos, como el telescopio espacial James Webb y la misión SPHEREx de la NASA, que ya han confirmado la presencia de vapor de agua, dióxido de carbono y monóxido de carbono.
¡Atención, exploradores del cielo! Entre la aproximación más cercana del cometa 3I/ATLAS y la brillante lluvia de meteoros de las gemínidas, este mes trae muchas razones para mirar arriba.
— NASA en español (@NASA_es) December 5, 2025
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En el espectro visible, imágenes captadas el 26 de noviembre por el telescopio Gemini North, en Hawái, revelan que el cometa ha adquirido un tenue brillo verdoso tras reaparecer luego de pasar detrás del Sol. Los astrónomos atribuyen este color a la emisión de carbono diatómico (C₂), un fenómeno común en cometas activos. El cambio resulta relevante porque observaciones previas mostraban un tono más rojizo, lo que sugiere una evolución en su química o en el ritmo de liberación de gases conforme el calor solar penetra capas más profundas de hielo y polvo.
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El 19 de diciembre, 3I/ATLAS alcanzará su menor distancia a la Tierra, aproximadamente 1.8 unidades astronómicas, equivalentes a unos 270 millones de kilómetros, más de 700 veces la distancia entre la Tierra y la Luna. La NASA ha reiterado que no existe riesgo de impacto. Para los aficionados a la astronomía, su observación requerirá binoculares potentes o telescopios de al menos 30 centímetros de apertura y cielos oscuros. Las mejores condiciones se darán antes del amanecer, hacia el este o noreste, cuando el cometa se ubicará cerca de la estrella Regulus, en la constelación de Leo, ofreciendo una oportunidad excepcional para seguir el rastro de uno de los visitantes más raros provenientes de otras estrellas.