Las llantas son el único punto de contacto entre el vehículo y el asfalto. Su estado influye en la capacidad de frenado, la estabilidad, la tracción y, en general, en la seguridad del conductor. Sin embargo, muchos automovilistas olvidan revisarlas hasta que ocurre una emergencia. Alrededor del 9% de las colisiones vehiculares están relacionadas con neumáticos en mal estado, un problema que puede prevenirse con mantenimiento oportuno.
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Especialistas coinciden en que los neumáticos “hablan” mediante señales visibles y perceptibles durante la conducción, factores como el clima, los hábitos de manejo y el terreno influyen directamente en su desgaste. Por ello, una revisión constante es indispensable.
Indicadores para reemplazar tus llantas
Entre los signos más comunes que determinan la necesidad de cambio se encuentran:
1. Desgaste del dibujo (TWI)
Los indicadores de desgaste Tread Wear Indicator (TWI) son pequeñas barras dentro de los canales de la banda de rodadura. Si el labrado llega a ese nivel, la llanta ha alcanzado su límite funcional y legal. Como referencia, un dibujo igual o menor a 1.6 mm requiere reemplazo inmediato.
2. Prueba de la moneda
Si al insertar una moneda de un peso en el labrado se ve la parte plateada del borde, el desgaste es excesivo.
3. Grietas, abultamientos o deformaciones
Cualquier daño visible compromete la estructura del neumático y aumenta el riesgo de falla.
4. Vibraciones al conducir
Pueden indicar desbalanceo, daño interno o deformación.
5. Pérdida frecuente de aire
Sugiere pinchaduras no visibles o fallas estructurales.
6. Antigüedad
Incluso con buen aspecto, la mayoría de fabricantes recomienda cambiar las llantas cada 5 o 6 años, y nunca después de 10 años desde su fecha de fabricación. La revisión de la fecha DOT es fundamental.
Rotación y desgaste uniforme
La rotación periódica es clave para prolongar la vida útil. Ricardo Osorio, director de Autotrain, recomienda realizarla cada 10,000 kilómetros o según lo indique el fabricante.
Dependiendo del tipo de tracción del vehículo, el desgaste puede ser distinto:
• Tracción delantera: las llantas delanteras se desgastan más rápido.
• Tracción trasera: las llantas traseras soportan la mayor carga.
• Tracción integral: el desgaste es más uniforme, pero requiere rotaciones frecuentes.
Clima y condiciones del camino
En zonas con climas extremos, los neumáticos se deterioran más rápido. Las llantas de invierno, por ejemplo, ofrecen agarre en nieve y hielo, pero se desgastan aceleradamente en temperaturas cálidas. Adaptar el tipo de llanta a la temporada incrementa la seguridad y prolonga su vida útil.
Aunque cambiar llantas puede parecer costoso, influye directamente en la eficiencia del combustible, el rendimiento del vehículo y la seguridad. Unos neumáticos en buen estado pueden mejorar el consumo de gasolina hasta en un 10%.
Ryan Pszczolkowski, director del programa de neumáticos de Consumer Reports, recomienda monitorear de cerca las llantas cuando el dibujo llega a 4/32 de pulgada, para anticipar el cambio antes de que la tracción en mojado y la frenada se vean comprometidas.
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