¿Mi hijo se transforma al llegar a casa? La ciencia detrás del “efecto rebote” emocional
Muchos padres se preguntan por qué sus hijos parecen portarse peor justo cuando los ven. ¿Acaso lo hacen a propósito? No. Hay una razón profunda y emocional detrás de este comportamiento.
Llegas por tu hijo a la escuela. Lo ves y te sonríe. Pero apenas suben al auto, la sonrisa se desvanece: pataletas, llanto, rabietas. ¿Qué pasó en estos pocos segundos? Si alguna vez te has sentido culpable o confundido por estos episodios, no estás solo. Este fenómeno tiene nombre: “efecto rebote” emocional, y lejos de significar que tu hijo “se porta mal contigo”, es una señal de confianza y apego.
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¿Por qué se “descomponen” justo contigo?
Durante el día, tu hijo ha hecho un esfuerzo inmenso por “portarse bien” y encajar. En la escuela o con la niñera, ha seguido reglas, controlado impulsos, ocultado emociones. Es agotador, especialmente para un niño pequeño. Al verte, siente que por fin puede soltar esa máscara y expresar todo lo que reprimió. Su cerebro aún en desarrollo no sabe cómo gestionar el cansancio, la frustración o la sobrecarga sensorial, y por eso lo libera contigo, su refugio seguro.
¿Significa que están siendo malcriados?
No. Significa que contigo se sienten lo suficientemente seguros para ser ellos mismos, incluso en su caos emocional. Lo que ves como “mal comportamiento” es en realidad una necesidad de conexión. Lo más probable es que no sepan pedirte lo que necesitan, ya sea atención, afecto, descanso o simplemente un abrazo. No es manipulación, es desahogo.
¿Qué puedes hacer para ayudarles (y ayudarte)?
Primero, respira. No tomes su explosión como algo personal. Luego, ofrécele una bienvenida calmada, sin exigencias inmediatas. Un snack, contacto físico suave o un ratito de juego libre pueden funcionar como válvula de escape emocional. A veces, solo necesitan tu presencia tranquila para reorganizar su mundo interior. Al final, lo que más ayuda es que sepas que ese “portarse mal” es, en el fondo, una forma de decirte: contigo me siento seguro.
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