Bajo los canales de Venecia se esconde un secreto que ha desafiado al tiempo, al agua y a la ciencia moderna. Se trata de una obra de ingeniería única que sigue sorprendiendo al mundo.
La ciudad italiana, famosa por sus góndolas y palacios, no está construida sobre roca firme, sino sobre miles de troncos clavados en el barro hace aproximadamente mil 600 años.
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¿Cómo un “bosque invertido” mantiene a flote a Venecia?
Los venecianos transformaron la laguna en su aliada. Utilizaron alerce, roble y olmo para crear una base sólida bajo el agua. Al estar sumergida en un ambiente sin oxígeno, la madera no se pudre; por el contrario, se “petrifica”, endureciéndose casi como piedra.
Esto permite distribuir el peso de palacios, iglesias y puentes sin que se hundan, pese a no contar con acero ni cemento.
Este ingenioso “bosque sumergido” ha resistido invasiones, mareas y siglos de historia. Hoy enfrenta un nuevo reto: el incremento del nivel del mar.
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