Cada vez más personas se interesan por el origen de las bebidas espirituosas que consumen, y aunque muchos piensan en agave o cebada, lo cierto es que varias frutas también son la base de reconocidos destilados internacionales.
Estas frutas fermentadas y luego destiladas dan vida a bebidas con gran tradición y sabor, que sorprenden por su elaboración y arraigo cultural.
Frutas como la manzana, la uva o la frambuesa, que solemos ver en postres o jugos, también se convierten en aguardientes que se disfrutan en todo el mundo. Desde Francia hasta Alemania, estas bebidas forman parte de la identidad gastronómica de cada región.
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¿Cuáles son las frutas más comunes para preparar fermentados y destilados?
A lo largo del mundo, diversas frutas se fermentan o destilan para crear bebidas espirituosas con carácter, aroma y sabor únicos. Estas son algunas de las más conocidas, incluyendo una favorita mexicana:
- Manzanas: Son la base del calvados, un brandy francés con siglos de tradición.
- Peras: Se fermentan para producir aguardiente de pera llamado “eau de vie de poire”, con sabor delicado y suave.
- Uvas: De esta fruta nace el brandy, además de vinos fortificados y otros licores.
- Cerezas: Se destilan para crear kirsch, un aguardiente originario de Alemania y Suiza.
- Frambuesas: Dan vida al framboise, un destilado francés dulce y aromático.
- Piña: En México, esta fruta tropical se fermenta para preparar el tradicional y refrescante tepache, una bebida con bajo grado alcohólico.
Cada una de estas frutas ofrece sabores únicos que han dado origen a bebidas populares tanto a nivel local como internacional. ¿Cuál has probado tú?
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