Pique: La historia detrás del simpático chile del Mundial México 86

Cuando la FIFA confirmó que México sería sede del Mundial 1986, el país buscaba un símbolo que reflejara su identidad, alegría y cultura. Así nació Pique, un chile jalapeño verde, sonriente, con sombrero charro y bigote, que pronto se convirtió en el embajador oficial del evento. Su nombre surgió del juego de palabras entre picante y kick (patada), un guiño futbolero y gastronómico.

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La elección no fue casual. El chile es uno de los ingredientes más representativos de la cocina mexicana, y su imagen transmitía picardía, energía y pasión, cualidades que se querían asociar con el Mundial. Además, su sombrero charro y bigote reforzaban el orgullo por las tradiciones nacionales.

Pique se ganó rápidamente el cariño de los aficionados. Su imagen aparecía en souvenirs, posters, álbumes de estampas y anuncios de televisión, convirtiéndose en un recuerdo imborrable para quienes vivieron ese torneo. Aunque algunos medios internacionales lo consideraron un estereotipo, para la mayoría fue un símbolo simpático y auténtico de México.

Tras la final en el Estadio Azteca, Pique se despidió oficialmente, pero su legado sigue vivo. Años después, continúa presente en colecciones de memorabilia y en la nostalgia de los fanáticos. Para muchos, representa una época dorada del fútbol y un ejemplo de cómo una mascota puede transmitir la esencia de un país entero.

En la memoria de México, Pique no solo fue una imagen, sino un pedacito de historia que aún provoca sonrisas.

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