En Sayula, Jalisco, circula un relato que podría clasificarse como mito, leyenda… pero es sólo muestra del ingenio y picardía popular. En 1871, el abogado-poeta Teófilo Pedroza escribió ‘El ánima de Sayula’, un poema en verso que ya es parte de la tradición oral de Jalisco. Una joya literaria que, aunque escrita, pasó a ser patrimonio de la memoria colectiva gracias a su peculiar origen y final.
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¿Qué cuenta el poema ‘El ánima de Sayula’?
El famoso poema -y ahora “leyenda"- de ‘El ánima de Sayula’ narra en realidad una travesura entre vecinos. El autor, junto con José Arreola, un peluquero, y Blasito, el boticario, convencieron a Apolonio Aguilar -un pobre ropavejero- de ir al panteón de Sayula en plena noche, bajo la mentira de que un fantasma le revelaría la ubicación de un tesoro sólo si Aguilar hacia lo que el ánima le pediría.
Un cómplice disfrazado de ánima debía asustarlo con una petición bastante subidita de tono, pero el plan salió mal: Apolonio sacó su machete y el falso espectro huyó despavorido.

¿Cómo ‘El ánima de Sayula’ pasó de poema a una leyenda?
Aunque fue escrito en el siglo XIX, su popularidad creció a través de folletitos impresos y relatos entre vecinos. El poema fue conocido incluso por Juan Rulfo, quien, a causa de él, llegó a negar su lugar de origen. Con el tiempo, esta historia se convirtió en una pieza imprescindible del folclore local. Hoy, “El ánima” incluso cuenta ¡con una escultura en Sayula!
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