Dan último adiós a Liliana y Alondra, madre e hija asesinadas en Poncitlán

Eran las campanas que llamaban a misa de cuerpo presente en la iglesia de La Guadalupana. Significaba el último adiós para Liliana Tinoco Tovar de 46 años y su hija Alondra Franco Tinoco de 21, ambas fueron asesinadas a balazos en la agencia del Ministerio Público de Poncitlán el pasado 31 de enero a manos de Christopher Gerardo “N” de 27 años, esposo y yerno de las víctimas.

“Justicia, justicia para mi cuñada, justicia para mi suegra por el feminicidio y también queremos justicia por mis sobrinitos porque se quedaron sin su mamá”, dijo Liliana Lara, cuñada y nuera de las víctimas.

Alondra y Christopher tenían ocho años juntos, él la conoció cuando ella era menor de edad, tuvieron dos hijos. Su familia asegura que desde su noviazgo él era celoso y no les permitía tener contacto con Alondra.

“Él siempre amenazaba con que le iba a hacer algo a mi esposo, es hermano de mi cuñada fallecida, él decía que iba a matar a mi esposo o a mi suegro, entonces la tenía siempre muy amenazada”, añadió Liliana Lara.

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Relatan que la violencia intrafamiliar fue creciendo al grado de mantenerla vigilada hasta el pasado domingo cuando Alondra dejó su casa para ir con sus papás y denunciarlo.

“De hecho el día de los hechos nos comentan los policías que en su casa había ocho cámaras al interior donde él la vigilaba, imagínate, hasta en el baño le tenía cámaras, ella no podía acercarse mucho a nosotros, de hecho nosotros nunca entramos a su casa”, indicó la cuñada y nuera de las víctimas, Liliana Lara.

“Hicieron una cita en el Ministerio Público y ella fue a la cita, o sea, no fue que en ese momento hubieran tenido un problema en ese momento, pero alguien le tuvo que haber dicho a él que ella tenía la cita en el Ministerio Público”, aseguró.

Este jueves entre caras tristes y lágrimas les celebraron una misa y luego a bordo de dos carrozas partieron rumbo al cementerio acompañados por una multitud de música y banda.

Una hora después llegaron al panteón de Santiago Totolimixpa en Zapotlán del Rey, donde ya las estaban esperando, ahí permanecieron los féretros durante varios minutos para que los asistentes pudieran despedirse.

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Luego llegó el momento de partir al sepulcro. Poncitlán y Zapotlán del Rey están de luto, el pueblo entero clama por que se haga justicia.

“Pues la verdad que ahora sí que lo dejamos en las manos de las autoridades para que sea al cien por ciento su castigo”, dijo Sóstenes Tinoco, hermano y tío de las víctimas. “Sí, pues nada nos la va a regresar”.