La increíble historia del Mundial que México salvó de último minuto

Una tragedia natural y una renuncia obligaron a México a tomar el reto mundialista sin margen de error. Esta es la historia que casi no sucede.

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Organizar una Copa del Mundo requiere años de planeación. Infraestructura, logística, acuerdos internacionales y estabilidad interna son fundamentales. Pero en 1986, México rompió todos los esquemas al recibir el torneo más importante del futbol prácticamente de emergencia.

¿Qué país originalmente albergaría el Mundial de 1986?

Originalmente, Colombia era la sede designada por la FIFA para organizar la Copa Mundial de 1986. Sin embargo, a principios de esa década, las condiciones económicas y sociales del país sudamericano complicaron la misión. En 1982, el entonces presidente Belisario Betancur anunció que Colombia renunciaba oficialmente a ser anfitrión.

La FIFA no tenía mucho tiempo para encontrar reemplazo. Fue entonces cuando México levantó la mano. Ya tenía experiencia organizativa había sido sede en 1970, y contaba con el Estadio Azteca, que seguía siendo una joya del futbol internacional. La FIFA aprobó la propuesta y, en mayo de 1983, México fue confirmado como la nueva sede.

¿Por qué estuvo cerca de cancelarse el Mundial de 1986 en México?

Todo parecía ir viento en popa hasta que, tres años después, ocurrió lo impensable. El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de magnitud 8.1 sacudió la Ciudad de México y dejó al país sumido en una tragedia de proporciones históricas. El evento puso en duda, una vez más, la viabilidad del Mundial. Con millones de afectados y una capital parcialmente en ruinas, la prioridad era salvar vidas y reconstruir.

Pero a pesar del dolor y los desafíos, el compromiso con el torneo siguió en pie. El comité organizador no solo mantuvo los planes, sino que aceleró los trabajos para cumplir con los requerimientos internacionales.

Finalmente, el 31 de mayo de 1986, el balón rodó. México se convirtió en el primer país en la historia en recibir dos Copas del Mundo, y lo hizo en medio de la adversidad. La fiesta arrancó en el Estadio Azteca, y el mundo entero fue testigo de cómo un país golpeado por la tragedia fue capaz de brillar.

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