El secreto detrás del reloj: ¿Por qué apresurar una pelea puede ser fatal para los boxeadores?
No es solo elegir la fecha. Descubre por qué el tiempo que toman los peleadores para dar el peso puede salvarles la vida.
Organizar una pelea de boxeo va más allá de elegir una fecha y una arena. Uno de los factores fundamentales para garantizar la seguridad y el desempeño de los peleadores es el control del peso, ya que cambios bruscos pueden poner en riesgo su salud y afectar la calidad del combate.
¿Cuánto tiempo es seguro para organizar una pelea?
En general, el proceso desde la firma del contrato hasta el combate suele tomar entre 6 y 8 semanas. Este lapso permite a los pugilistas ajustar su preparación física y nutricional, logrando llegar al peso pactado sin recurrir a métodos extremos que puedan afectar su estado.
El pesaje oficial se realiza un día antes de la pelea, pero durante las semanas previas, los entrenadores trabajan para que el peleador se mantenga lo más cercano posible al límite de su división. Un cambio de talla o peso muy rápido puede causar deshidratación, pérdida de masa muscular y disminución en reflejos, incrementando el riesgo de lesiones.
Por eso, acelerar la organización de un combate a menos de un mes puede ser contraproducente. Peleas con tiempos muy cortos de preparación han mostrado que los pugilistas no alcanzan su peso ideal de forma segura, lo que compromete tanto su rendimiento como su salud a corto y largo plazo.
Así, respetar un mínimo de seis semanas se considera una práctica estándar que protege la integridad de los boxeadores y contribuye a que el espectáculo sea de calidad.
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