Bertha, a los 20 años, fue diagnosticada con esclerosis múltiple, una enfermedad neurodegenerativa e incurable que la llevó a ser hospitalizada en el Hospital Civil Nuevo en varias ocasiones, ocho de ellas intubada en terapia intensiva, y a necesitar una silla de ruedas. A pesar de las dificultades, su devoción a la Virgen y el apoyo de su familia y grupo le dieron fuerzas para seguir asistiendo a los recorridos y romerías. Sorprendentemente, los resultados de sus exámenes salieron negativos a la enfermedad, sin secuelas ni rastros de esclerosis múltiple.

Con información de: Ricardo García

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