¿Alguna vez has sentido que una preocupación te duele en el pecho o una mala noticia te deja sin aliento? No es casualidad. Según médicos y psicólogos, el estrés crónico puede ser el origen silencioso de múltiples enfermedades, desde dolores musculares hasta padecimientos graves como hipertensión, diabetes o incluso cáncer. En los últimos años, el cuerpo médico ha comenzado a reconocer lo que antes era casi un tabú: las emociones reprimidas pueden enfermarnos.
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¿Cómo reacciona el cuerpo ante el estrés?
Cuando vivimos una situación estresante —una discusión, una pérdida, el trabajo excesivo—, el cuerpo activa su sistema de alarma: libera cortisol y adrenalina, acelera el corazón y aumenta la tensión muscular. Esto, de forma ocasional, no es dañino. Pero si esa tensión se vuelve constante, el organismo se desgasta. “Es como tener un motor acelerado todo el tiempo”, explica la neuropsiquiatra Marian Rojas Estapé. Con el tiempo, ese estado altera el sistema inmunológico, digestivo y cardiovascular.
¿Qué enfermedades están más relacionadas con el estrés?
Los expertos señalan que las enfermedades psicosomáticas —como colitis, gastritis, migrañas o dermatitis— tienen un vínculo directo con el estrés. Pero también se ha identificado su papel en padecimientos más complejos como el cáncer o enfermedades autoinmunes. La mente, dicen, no distingue entre una amenaza real o imaginaria, y si el estrés se prolonga, el cuerpo actúa como si estuviera bajo ataque todo el tiempo.
¿Qué dicen los expertos sobre cómo prevenirlo?
La ciencia coincide: gestionar las emociones es clave. Dormir bien, hacer ejercicio, hablar sobre lo que sentimos y practicar la meditación o mindfulness puede hacer una gran diferencia. No se trata de evitar el estrés por completo, sino de no dejar que nos controle. Como señala el doctor Gabor Maté, especialista en salud y trauma: “No son los eventos los que nos enferman, sino cómo los vivimos internamente.”
El estrés no solo es una molestia mental, sino un enemigo silencioso de la salud física. Escuchar al cuerpo y cuidar la mente es, hoy más que nunca, una forma de medicina preventiva.
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